miércoles, 21 de enero de 2009

Al compás de Erica


Pronto emprenderá un tour por Europa

Aunque la situación de lo peruanos en Estados Unidos no es color de rosa y en tiempos que resulta casi imposible alcanzar sus metas en un país desconocido hay historias de superación que han demostrado que la perseverancia y el empeño de peruano valen la pena.
Relatos como el de Erika Maza Garcés una joven peruana de unos veintiocho que nació en Lima y vive desde hace seis años en New York. Erika estudió Ciencias de la Comunicación y Publicidad en el instituto Charles Chaplin siempre fue una alumna destacada pero cuando se graduó (con honores) las cosas no salieron como las había planeado por eso sus ánimos la llevaron a tomar un avión con destino a Estados Unidos. Erika llegó a Kentucky a la casa de una prima ha comienzos del 2002 recuerda que llegó con una mochila y con unos pocos dólares en los bolsillos. Sabía que era una etapa de riesgos por la situación que se vivía en ese entonces, pero no se amilanó. Sabía lo que quería. Después de estar un par de meses enrumbó hacia New York a encontrarse con amigos del colegio, pensó que podía emprender algo nuevo en esa ciudad. Cuando sus amigos regresaron a Perú ella se quedó sola, sin trabajo y con menos de 30 dólares en el bolsillo.
Pero la suerte estaba echada, regresando del aeropuerto esa misma tarde encontró trabajo en una restaurante italiano aunque no ganaba mucho dinero estaba feliz y se las ingenio para sobrevivir: durmió en estaciones de tren, trabajaba hasta el último turno (4 de la madrugada), así podía acomodarse en un rinconcito de la cocina, convirtió las cabinas de Internet en un ‘departamento’ portátil. Tres meses después con sus primeros ahorros, Erika consiguió rentar un espacio en el barrio de Brooklin. Aunque no era el más apropiado, ni quizá el más seguro, con algo tenía que empezar. Doce meses más tarde Erika tuvo la oportunidad de entrar a trabajar a un restaurante-bar más grande. Aprendió los trucos, técnicas para preparar tragos y, a las cuatro semanas, ya era toda una ‘bartender’. La cuestión económica experimentó un gran alivio empezó a ganar entre 200 y 300 dólares. Rentó un departamento en una más zona segura y cómoda. Como siempre le gustó el deporte se matriculó en un gimnasio. Fue entonces que la casualidad se topó con ella, en el gimnasio conoció a un muchacho que daba clases de baile, le preguntó dónde había aprendido tanto y él le contesto: en el Broadwy Dance Center.

Esa misma tarde fue a pedir información, pero las clases eran caras, Sin embargo, le dijeron que tenían becas para estudiantes y que podía postular a una siempre y cuando siempre y cuando trabajase con ellos asistiendo a los alumnos en trámites de matrículas.
Obtuvo la beca y lo que nació como un hobby y un pasatiempo y después de tres años de seguir cursos y programas de danza moderna, comenzó a tomar audiciones. Recuerda que su primera fue un desastre y casi se da por vencida, pero una amiga con más experiencia en ese ámbito le dijo que las primera vez siempre resultaba de esa manera es así que Erika volvió a una audición de la compañía ‘The Movement’, una de las más jóvenes y prominentes academias del mercado de la danza en Nueva York. La tomaron y su mundo recobró el color que habia perdido, desde entonces, ha estado viajando por muchas ciudades de Estados Unidos con The Movement. La compañía le dio la posibilidad de bailar con como Magic Juan, Yoko Ishida, Emily Jackson y Lay O y el próximo capítulo que le espera a nuestra compatriota será un ‘tour’ por Europa.

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